Definir "valor" no es tarea fácil. Por ejemplo, en un estudio del New Economic Foundation del Reino Unido en el 2009 se plantea que un banquero (que puede ganar un millon de libras esterlinas en bonificaciones al año) destruye £7 por cada £1 que genera, que un publicista destruye £11 por cada £1 y un contador destruye £47 por cada £1. En cambio, un aseador de hospital genera £11 por cada £1 que le pagan y un reciclador genera £12 por cada £1. Esto demuestra que no hay una relación lógica entre los salrios y el valor generado. Banqueros, publicistas y contadores pueden irse de vacaciones todos juntos y el mundo sigue andando, pero mandar de vacaciones dos semanas a todos los aseadores puede resultar en... bueno, basta ver Nápoles cada vez qué entran en huelga (2008, 2010). Lo difícil radica en que el valor no es absoluto, lo que vale para unos puede ser destructor para otros. Es precisamente por eso que el valor económico es una medida estándar; sin embargo, esta oculta efectos colaterales o lógicas de mercado que resultan simplistas y en muchos casos irresponsables.
De todas maneras, cualquier iniciativa de gestión del conocimiento debería contribuir a generar valor. Para Vorakulpipat & Rezgui (2008) este debería se precisamente el propósito de la nueva generación de sistemas de gestión de conocimiento. Para facilitar la determinación de este valor potencial, ellos proponen una fórmula (abstracta, cualitativa) que permite establecer de dónde proviene este valor y a donde está dirigido (no solamente valor económico). Cada propuesta de gestión de conocimiento debe entonces dimensionar cada factor según la prioridad o esfuerzo que se le vaya a dedicar de entre: redes humanas, capital social, capital intelectual, tecnología y gestión el cambio. Esa receta particular generará entonces valor en términos de: promover la transefrencia de conocimiento; generar respeto, confianza y entendimiento, aumentar el gasto en I+D, la satisfacción de empleados y el desarrollo de relaciones interpersonales, entre otros. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el valor generado no es solamente para el interior de una organización y que en últimas debe estar dirigido a generar servicios de valor agregado para clientes o beneficiarios externos.
La conexión entre el conocimiento y el valor estará mediada por la relación entre el conocimiento y el poder. El conocimiento genera valor pero también aumenta el poder. Asi, quienes tienen el conocimiento pueden obtener mayor poder y así determinar para quién generará valor este conocimiento. Comente esto a la luz de la película "El Planeta Salvaje".
Blog del curso de Gestión del Conocimiento de la Universidad Javeriana.
miércoles, 28 de marzo de 2012
viernes, 23 de marzo de 2012
Gestión del Conocimiento e Innovación en Colombia
Los invito a leer el siguiente artículo en la Revista Sistemas de la ACIS:
http://www.acis.org.co/fileadmin/Revista_121/Dos.pdf
http://www.acis.org.co/fileadmin/Revista_121/Dos.pdf
martes, 13 de marzo de 2012
jueves, 1 de marzo de 2012
Ontología
La ontología típicamente se refiere a la rama de la filosofía que estudia el "ser".
En términos de gestión del conocimiento, sin embargo, se refiere específicamente a una conceptualización (abstracción) compartida, formal y explícita. Cuán compartida, formal o explícita sea esa conceptualización va a variar según el caso. Así, por ejemplo, el DublinCore puede ser visto como una ontología poco formal y bastante genérica, mientras que varios de los estándares de XML (por ejemplo, el de gobierno en línea en Colombia, GEL-XML) son más formales y más específicos a un contexto.
La manera en que se modele la ontología va a depender del caso y se pueden usar distintas representaciones que van desde mapas conceptuales, a UML, a modelos entidad-relación, hasta lógicas formales.
Las decisiones de qué tan formal debe ser la ontología dependerán de que tanta flexibilidad se desea, pero también del grado de automatización deseado (es decir, hay que determinar si está orientada a humanos o a máquinas). También dependerá de cuántas reglas es deseable tener. La ontología en esto se diferencia de una taxonomía: va más allá de una jerarquía de conceptos, para incluir relaciones, restricciones y reglas lógicas que validen si una instancia en particular cumple con la ontología o no.
En general, los sistemas de gestión de contenido tednrán algun tipo de ontología en su base. El diseño consistirá en establecer esta onotología de manera participativa y el uso consistirá en llenar la ontología de instancias específicas.
Una de las herramientas más populares para modelar y especificar ontologías es Protégé, con la cual ustedes construirán la ontología de una pizzería que es el ejemplo típico para aprender a usar la herramienta. Ua vez publicada como HTML, repsondan a esta entrada con el enlace.
En términos de gestión del conocimiento, sin embargo, se refiere específicamente a una conceptualización (abstracción) compartida, formal y explícita. Cuán compartida, formal o explícita sea esa conceptualización va a variar según el caso. Así, por ejemplo, el DublinCore puede ser visto como una ontología poco formal y bastante genérica, mientras que varios de los estándares de XML (por ejemplo, el de gobierno en línea en Colombia, GEL-XML) son más formales y más específicos a un contexto.
La manera en que se modele la ontología va a depender del caso y se pueden usar distintas representaciones que van desde mapas conceptuales, a UML, a modelos entidad-relación, hasta lógicas formales.
Las decisiones de qué tan formal debe ser la ontología dependerán de que tanta flexibilidad se desea, pero también del grado de automatización deseado (es decir, hay que determinar si está orientada a humanos o a máquinas). También dependerá de cuántas reglas es deseable tener. La ontología en esto se diferencia de una taxonomía: va más allá de una jerarquía de conceptos, para incluir relaciones, restricciones y reglas lógicas que validen si una instancia en particular cumple con la ontología o no.
En general, los sistemas de gestión de contenido tednrán algun tipo de ontología en su base. El diseño consistirá en establecer esta onotología de manera participativa y el uso consistirá en llenar la ontología de instancias específicas.
Una de las herramientas más populares para modelar y especificar ontologías es Protégé, con la cual ustedes construirán la ontología de una pizzería que es el ejemplo típico para aprender a usar la herramienta. Ua vez publicada como HTML, repsondan a esta entrada con el enlace.
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