jueves, 23 de febrero de 2012

Gestión del Conocimiento en Colombia

En Colombia hay que implementar estrategias de gestión del conocimiento –de hecho, ya lo hemos venido haciendo como dicen Baquero y Schulte (2007)–, pero, no se trata de comprar paquetes de software o pagar consultorías estandarizadas en otros países para hacerlo. En palabras de Fals-Borda (2003): “nuestro reto… es vernos hacia dentro sin perder la perspectiva externa y globaly hacer de nuestro mundo nuestro propio parque científico, cultural y político, creando de nuevo y proponiendo adecuados paradigmas alternos debidamente contextualizados y suficientemente útiles para nuestros fines vitales”; y sigue: “No se trata de aislarnos del mundo intelectual externo ni de ser xenófobos. Se requiere cumplir con una necesidad de acumulación de conocimientos congruentes con nuestro crecimiento y progreso…” (pág. 92).
En consecuencia, la gestión del conocimiento para la innovación en Colombia debe: (1) favorecer la creación y uso compartido del conocimiento desarrollado localmente; (2) estar soportada por modelos y herramientas transferidas y contextualizadas a nuestras condiciones científicas y culturales; y, (3) estar orientada a la generación de capacidades que permitan la construcción de servicios de valor agregado.
Esos tres puntos se pueden aterrizar de diversas maneras, según sea el artefacto tecnológico objetivo y el contexto específico. Sin embargo, hay una sugerencia transversal que potencialmente presenta oportunidades específicas para el país. Desde hace años se viene hablando de la transformación del valor de la TI y de la convergencia en el sector.
Por un lado, el desarrollo histórico de las tecnologías de comunicación e información ha seguido una evolución bien conocida del hardware hacia el software y, más recientemente, hacia el contenido, indicando que donde antes el hardware contenía el mayor valor y luego el software, rápidamente el peso se ha ido poniendo sobre el contenido local, útil y de valor agregado que se monte sobre esa infraestructura tecnológica.Por otro lado, esta tendencia ha ido de la mano con la convergencia, en la cual resulta a veces difícil determinar que donde se detiene el hardware, empieza el software o sigue el contenido. Por ejemplo, algunos hablan de las redes sociales como aplicaciones cuyo peso está en el contenido, pero es claro que dichos espacios no serían posibles, sin una sofisticada arquitectura global que permita disponibilidad y escalabilidad de magnitudes, hace años imposibles. Además, la manera en que los usuarios acceden a estos espacios es diversa y rápidamente tendiente a dispositivos móviles, que también son un ejemplo claro de convergencia, habiendo dejado de ser hace rato, solo teléfonos.
Lo que impulsa las innovaciones centradas en el conocimiento entonces debe reconocer tanto la convergencia como el contenido y esto implica alianzas entre proveedores, fabricantes e industrias de información y culturales (no sorprenden pues los conglomerados mundiales de telecomunicaciones, servicios de noticias, televisión, radio, productores musicales, etc.). En el país existe la capacidad de hacerlo en sectores de mercados grandes y velozmente crecientes, como la nueva industria musical o los videojuegos y, en ambos casos, se requiere de la participación colaborativa de ingenieros, diseñadores, autores y artistas, entre otros.

jueves, 16 de febrero de 2012

Capital Social

Según Manning (2010) , en el capitalismo clásico se enfatiza el retorno de inversión y la maximización de ganancias. En el neo-capitalismo, en cambio, estos objetivos se suman a otros asociados a la sociabilidad, la aceptación, el estatus y el poder. La misma noción de "capital" se ha ido transformando para dar cabida y prioridad al capital intangible: humano, intelectual y social. Este último ha sido desarrollado como un concepto sombrilla en las ciencias sociales que hace énfasis en las relaciones y que ha dado lugar a una serie de heramientas analíticas para poder representar, medir y fomentar el capial social. En particular, el análisis de redes sociales, con sus medidas de centralidad, provenientes del análisis de grafos.

Sin embargo, el capital social, como dice Manning, no se trata solamente de crear o modelar relaciones sociales, pues bien se sabe que no todas las relaciones sociales tienen resultados positivos. A estas relaciones hay que enmarcarlas dentro de normas, creencias y reciprocidades, de manera que sus efectos generen riqueza o valor.  Por ejemplo, para que el tejido social sea fuerte y cohesionado, las relaciones deben fundarse en obligaciones, expectativas y confianza mutua. Para ello, es preciso que se establezcan canales de comunicación adecuados que, naturalmente están crecientemente soportados por tecnologías de información y comunicación.

Para prevenir los posibles efectos adversos de las relaciones sociales, se debe anticipar la evolución de la red, prestando especial atención a su grado de cerramiento. Si una red es cerrada, será altamente cohesionada y muy seguramente los niveles de reciprocidad y confianza serán altos. No obstante, el cerramiento excesivo conduce a comportamientos perniciosos como la discriminación, el efecto del "club de hombres viejos", o la incapacidad para adaptarse a los cambios del entorno. Si, por otro lado, la red es muy abierta y es muy fácil salir y entrar de ella, los valores compartidos serán mínimos y por ende el nivel de compromiso e intimidad tenderá a desparacer a medida que la red siga creciendo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Las TIC como fundamento de un sistema de gestión del conocimiento

Existen varios tipos de tecnologías de información y comunicación (TIC) que pueden soportar la construcción de un sistema de gestión del conocimiento (SGC). Según Maier (2007, cap. 7) se incluyen: bodegas de datos, sistemas de gestión de documentos (o contenidos), sistema de gestión de flujos de trabajo, sistema de apoyo a grupos, sistemas de comunicación, herramientas de inteligencia de negocios, groupware, ambientes de aprendizaje, motores de búsqueda, sistemas de visualización y herramientas de inteligencia artificial.

Un SGC no es ninguna de esas TIC en particular, sino la estructura (estrategia, arquitectura, procesos, personas) que, usando alguna(s) de esas herramientas, ofrece servicios de gestión de conocimiento para agregar valor en una organización. Por ello, buena parte del diseño de un SGC consiste en identificar y configurar el espectro de herramientas disponibles alrededor de servicios de conocimiento. Por ejemplo, un sistema de correo electrónico no es un SGC, pero con la estructura adecuada podría ser la única herramienta tecnológica subyacente a dicho sistema. En buena medida, las herramientas que se pueden emplear en un contexto dado dependen de las capacidades existentes; y esas capacidades dependen de las herramientas que ya se utilicen.

Dado que el objetivo del proyecto del curso es construir un SGC para un contexto determinado. Es preciso identificar este contexto claramente y los contenidos (información) que se pretende gestionar, incluyendo las herramientas tecnológicas que lo soportan y las cpacidades derivadas de este uso, de manera que el SGC sea viable no solo tecnológicamente, sino en el contexto del problema a atacar.

Como respuesta a esta entrada se espera que cada grupo presente su versión preliminar de esta problemática, identificando claramente el contexto y la dimensión de contenido que es susceptible de ser gestionada mediante un SGC.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Fundamentos Teoricos de la Gestión del Conocimiento

La gestión del conocimiento es un campo multidisciplinar asociado a varias tecnologías. Según Baskerville y Dulipovici (2006) esta variedad se puede clasificar alrededor de las nociones de lógica, proceso y evluación. El curso profundizará en varios de los conceptos, modelos o métodos asociados a estas categorías de manera que sea claro para qué sirve la gestión del conocimiento (lógica), cómo se lleva a cabo (proceso) y cómo se valora, valida o mide el resultado de un proyecto de gestión del conocimiento (evaluación).

Tomaremos la perspectiva de que el conocimiento se define por su "accionabilidad", es decir, la capacidad de llevarlo a la práctica, de lograr que informe nuestras decisiones y guíe nuestras acciones. En ese mismo sentido, los contenidos del curso deben irse apropiando a la solución de un probema del mundo real.

En grupos se trabajará en torno a problemas que sean susceptibles de ser intervenidos desde la óptica de la gestión del conocimiento. En la medida en que vayamos estudiando los conceptos, modelos, métodos y tecnologías asociados a la gestión del conocimiento, cada grupo debe ir determinando la manera en que aplican en el diseño de un sistema que ayude a gestionar el conocimiento para resolver un problema en una organización - anotando también nuestra perspectiva de que, como dice Herb Simon, el diseño no es otra cosa que solución de problemas.